Vejiga hiperactiva
¿A QUÉ NOS REFERIMOS CON VEJIGA HIPERACTIVA?

Cuando se produce una necesidad imperiosa de orinar y además no es posible controlar la frecuencia con que esto se presenta, es probable que nos encontremos ante un caso de vejiga hiperactiva.
Muchos pacientes se avergüenzan de esta condición y deciden ocultar las pérdidas accidentales de orina o la cantidad de veces que necesitan acudir al baño durante el día y la noche. Sin embargo, es una patología completamente tratable que puede mejorar si se aplican las acciones correctas.
SÍNTOMAS.
Entre las principales características que se presentan en este tipo de pacientes, es posible identificar los siguientes síntomas:
- Necesidad urgente y repentina de orinar.
- Dificultad para controlar la orina.
- Pérdida involuntaria de orina (incontinencia de urgencia).
- Orinar con demasiada frecuencia durante el día y la noche.

DIAGNÓSTICO.
Lo usual es iniciar con la anamnesis que le permitirá al especialista establecer cualquier vínculo o antecedente familiar que pueda relacionarse con una vejiga hiperactiva. Luego de esto se lleva a cabo un examen físico; momento en el que es posible solicitar pruebas adicionales que ofrezcan indicios de otro tipo de enfermedades (un tacto rectal es quizá un buen ejemplo de esto).
Los análisis de laboratorio también son una buena elección, ya que con una muestra simple de orina se puede determinar la presencia de cuadros infecciosos u otro tipo de problemas. En ocasiones, también puede ser necesaria una valoración por neurología.
Por último, existen pruebas más específicas como la ecografía de vejiga y la cistometría; las cuales permiten evaluar en detalle el comportamiento de la vejiga en búsqueda de causas probables.
CAUSAS Y TRATAMIENTO.
Existe diversidad de tratamientos ya que las causas de una vejiga hiperactiva también son diversas.

Aunque la condición se presenta por el mismo motivo (contracción involuntaria de los músculos de la vejiga) son muchas las razones por las que esto llega a producirse:
- Enfermedades metabólicas como la diabetes.
- Trastornos neurológicos.
- En mujeres; los cambios que ocurren al llegar la menopausia.
- En hombres; alteraciones en la glándula prostática.
- Presencia de cálculos (litiasis vesical).
- Presencia de tumores.
- Consumo de alcohol, drogas u otras sustancias estupefacientes.
Ante todos estos escenarios, son muchas las alternativas terapéuticas que pueden considerarse según el caso. Algunas de ellas son:
- Establecer un cronograma en donde se programen horas específicas para orinar y un entrenamiento de la vejiga (contraer para contener derrames).
- Ejercicios Kegel para fortalecer el piso pélvico.
- Tratamiento farmacológico.
- Terapias de estimulación.
Finalmente, la alternativa quirúrgica es la opción que se aplica en casos severos; en cuyo caso los tratamientos previos no surten efectos favorables en el paciente. La cirugía puede ser para aumentar la capacidad de la vejiga (cuando existe un grave nivel de incontinencia urinaria) o bien para removerla.